El Gobierno de Aragón
defiende su modelo de educación rural como clave para el equilibrio territorial
y la igualdad de oportunidades
El Centro
Sociocultural San Julián de Teruel ha sido escenario del III Congreso Nacional
de Escuela Rural, una cita que ha reunido a unos 250 profesionales de la
educación provenientes de diez Comunidades Autónomas. La consejera de
Educación, Ciencia y Universidades del Gobierno de Aragón, Tomasa Hernández, ha
inaugurado el evento reivindicando el papel de la escuela rural como
herramienta esencial para la vertebración del territorio, la lucha contra la
despoblación y la garantía de igualdad de oportunidades para todos los
estudiantes, vivan donde vivan.
Una apuesta decidida
por mantener abiertas las escuelas rurales
Durante su
intervención, Hernández ha remarcado que “la escuela rural no es solo presente,
es también futuro”, y ha reiterado el compromiso del Ejecutivo aragonés con
este modelo educativo. En Aragón, actualmente existen 73 Centros Rurales
Agrupados (CRA) en los que estudian más de 8.000 alumnos, de los cuales 2.471
se encuentran en la provincia de Teruel. Pese al descenso de la natalidad, la Comunidad
Autónoma ha reabierto recientemente centros en Alacón y Monforte de Moyuela, y
mantiene escuelas abiertas incluso con dos alumnos, respetando la voluntad de
las familias.
Ponencias, talleres y
experiencias internacionales
El congreso ha
abordado la evolución histórica de la escuela rural, sus retos actuales y las
posibilidades de futuro a través de tres ponencias plenarias, una mesa redonda
y 16 talleres de buenas prácticas. En estos espacios se han compartido
experiencias educativas exitosas procedentes de distintos puntos de España e
incluso de Irlanda.
Entre los ponentes
destacados se encuentran M.ª Lourdes Alcalá, inspectora jefa de Educación en
Teruel, y Alfredo Hernando, fundador de Escuela 21, quienes han analizado las
claves de la innovación educativa en entornos rurales.
Un foro para conectar
y construir
El objetivo del
congreso es claro: generar redes, compartir conocimiento y seguir avanzando en
políticas educativas que fortalezcan la atención al alumnado rural. Como señaló
Hernández, “una escuela abierta en un pueblo es mucho más que un aula: es
futuro, es vida y es justicia social”. Teruel ha demostrado una vez más que la
escuela rural tiene voz, ideas y razones para seguir siendo protagonista.
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