La laguna de Gallocanta mantiene casi toda su superficie inundada, a pesar del verano seco y caluroso
La laguna de Gallocanta tiene casi toda su
superficie inundada, unas 1.400 hectáreas. Conserva el agua a pesar del verano
seco y caluroso. Una circunstancia muy poco habitual aquí hasta hace un tiempo
y que dice mucho de lo que pasa en el planeta. Este humedal responde a ciclos
climáticos globales y puede dar pistas sobre la evolución del clima.
"Los científicos tienen en el punto de mira a
este humedal por considerarlo un sensor climático a nivel mundial. Nos daría
aviso de periodos de sequía muy prolongados", explica Carmina Franco,
educadora medioambiental.
Los factores que influyen se están investigando,
pero lo que está claro es que la presencia de agua de manera continuada
significa alimento y refugio para miles de aves. Ahora la laguna tiene una profundidad
de 70 centímetros. "Ver la laguna inundada y con especies similares hace
que las aves se decidan a parar y a pasar unos días", asegura Franco,
quien añade: "Hay tarros blancos, un ave que aquí nos acompaña todo el año
pero que no es tan fácil de ver en otros humedales".
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