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La Carrasca de los Tocones, símbolo milenario de Peracense, compite por ser el Árbol del Año 2025

La Carrasca de los Tocones, un majestuoso árbol milenario ubicado en Peracense, Teruel, ha sido nominada para el concurso "Árbol del Año en España 2025". Este certamen, organizado por la ONG Bosques sin Fronteras, tiene como objetivo destacar árboles y bosques singulares del territorio español, reconociendo su valor natural y cultural. El período de votación para elegir al Árbol del Año en España 2025 está abierto desde el 15 de noviembre hasta el 15 de diciembre de 2024. Para participar, es necesario votar por un árbol, un bosque y un bosque urbano; de lo contrario, el sistema no registrará el voto. Una vez emitido el voto, se enviará un correo electrónico para confirmar su validación. La Carrasca de los Tocones es reconocida por su impresionante tamaño y longevidad, siendo un símbolo del patrimonio natural de Peracense. La Asociación Amigos del Castillo de Peracense ha promovido su candidatura, organizando diversas actividades para resaltar su importancia histórica y ...

El Valle del Jiloca inaugura su primer museo ‘jurásico’

 

En el municipio turolense de Santa Cruz de Nogueras se encuentra la primera galería paleontológica de la Comarca del Jiloca: el Museo de los Mares Paleozoicos, un amplio registro de la vida marina que caracterizó a la región durante el Paleozoico.

Se muestra "una representación de todos los animales que vivieron hace 400 millones de años atrás, durante la era paleozoica", ha indicado la responsable de la comisión gestora del museo, geóloga y doctora en paleontología, Zarela Herrera.

"Recoge todos los grupos que están presentes en las rocas que nos rodean por los pueblos del norte de la provincia de Teruel, que tienen una riqueza paleontológica muy grande no solo en abundancia sino en diversidad", ha subrayado Herrera. Dichas rocas guardan el legado de animales que vivieron entre el inicio del periodo Ordovícico, hace 488 millones de años, y el final del Devónico, hace 360 millones de años.

El origen del museo se remonta a los años 2005-2006, cuando el alcalde del momento, Joaquín Solanas Peña, quiso "dar a conocer el material que había en la zona", ha apuntado la responsable, y se fue dando forma a la idea enfocándola a la paleontología hasta que en septiembre de 2011 se abrieron sus puertas al público. Cuenta con dos salas: una en planta calle, que recoge la exposición permanente; y una superior polivalente dedicada a talleres, proyecciones y muestras temporales.

Las colecciones que se presentan son "antiguas", ha expuesto Herrera, además, "como es una colaboración con la Universidad de Zaragoza, son muestras que nos han cedido a préstamo y también hay muestras personales que han ido dejando particulares".

Los distintos materiales que se exponen temporalmente se complementan con charlas, proyecciones o talleres donde se pueda tocar dichos elementos. Además, Herrera ha comentado que "es un lugar al que acuden científicos en salidas de campo y se les facilitan las instalaciones". En la actualidad mantienen una muestra temporal sobre corales, pero tienen previsto cambiarla próximamente "para poder exponer un pez de la zona, que data del paleozoico, a petición de una solicitud a través de Comarca del Jiloca".

"En estos pueblos, la mayoría hizo salidas al campo en su juventud en las que vieron cosas que les llamaban la atención. Al abrirse el museo en 2011 han encontrado una forma de canalizar todas sus dudas existenciales sobre el mundo, la tierra, el origen y el motivo por el que los animales estaban aquí", ha relatado Herrera. En palabras de la paleontóloga, el museo es "un revulsivo para la zona" al que "la gente acude porque encuentra un lugar para contestar a un montón de preguntas, porque quieren conocer algo más".

El espacio recibe visitas a lo largo de todo el año, ya sea por parte de interesados en la paleontología, por científicos o con visitas escolares. "Los movimientos de la gente están en relación con los movimientos de los pueblos", ha relacionado la responsable.

Por ello, han establecido un horario en consonancia con las localidades aledañas. Para aprovechar la luz natural se ha dividido el año en dos partes: de abril a octubre como horario de verano, y de noviembre a marzo de invierno.

El museo abre los sábados de 11.00 a 14.00 horas y de 17.00 a 19.00 horas en verano. En invierno se adelanta una hora por la tarde, traduciéndose en un horario de 11.00 a 14.00 horas y de 16.00 a 18.00 horas. Los domingos y festivos se puede acceder de 11.00 a 14.00 horas, y entre semana se reserva para las visitas concertadas a grupos.

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