Los empadronados en los pueblos de Teruel aumentan por la pandemia


VALLE DEL JILOCA | Los veraneantes que abandonaban sus municipios al finalizar el verano han decidido quedarse en sus lugares de origen ante un futuro lleno de incertidumbre
La pandemia ha hecho que muchos pueblos de la provincia de Teruel aumenten su número de empadronados. La mayoría son veraneantes que abandonaban sus municipios al finalizar el verano, pero este año han decidido quedarse en sus lugares de origen ante un futuro lleno de incertidumbre.

En Alba, por ejemplo, con 170 habitantes, han contabilizado una decena de nuevos empadronamientos. Su alcalde, José Herrero, asegura a la Cadena Ser que "ha habido un aumento de personas censadas en el pueblo". También ha hablado de las posibilidades que ofrece el teletrabajo, "aquí en el pueblo tenemos la suerte de que sí tenemos red de fibra y se han venido a trabajar desde el pueblo".
Otros, que todavía no han dado el paso, alargarán su estancia en los municipios. Esto ocurre en Calomarde, donde "hay dos o tres matrimonios de Barcelona, cuya idea es irse a pasar dos o tres días porque tienen médico, pero se vuelven otra vez al pueblo para quedarse lo máximo posible", como explica su alcalde, Andrés Hernández. Y añade, que "igual que antes llegaba el 20 de agosto y se marchaban, ahora no tienen ganas de irse, y más viendo los rebrotes que hay y cómo está el tema".
La mayoría de nuevos empadronados buscan la seguridad del medio rural, mucho menos afectado por los brotes de Covid que las grandes ciudades, así como la calidad de vida que ofrecen las pequeñas distancias, la cercanía a la naturaleza o los espacios públicos menos concurridos. El alcalde de Monreal, Carlos Redón cree que "la vida en un pueblo, no solo es más segura, sino que además es de una mayor calidad en cuanto a la comodidad, en cuanto a las mínimas pérdidas de tiempo en los desplazamientos y en el día a día". Pone de ejemplo su localidad, en la que asegura que "vivimos todos como si fuésemos una gran familia". Y añade que Monreal es una buena opción para "todos aquellos que crean que van a poder continuar realizando su trabajo telemáticamente o que deciden emprender un nuevo camino laboral ".
Algunos, se quedarían de hecho si pudieran tener la posibilidad de trabajar, como Enrique, residente en Valencia, que tiene claro que en su pueblo, Tramacastilla, se está mejor que en cualquier otro sitio. Y admite que "en el momento que pueda me vengo aquí a vivir".
En muchos casos, el problema es, precisamente, la escasez de vivienda. En Concud, su alcalde, Carlos Valero, ha tenido que decir que no a muchas familias que buscaban casa en este barrio pedáneo de la capital.
Por otra parte, el avance en la instalación de fibra óptica en los municipios, que ha ido consolidándose en el último año, ayuda a que el teletrabajo se convierta en una opción para aquellos que han decidido vivir en un pueblo.
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